Foto: Complejo Teatral General San Martín
por Ricardo Lusso
Viernes de lluvia en
la noche porteña. Llegás al Teatro General San Martín, sala Martín Coronado. La farsa de los ausentes espera el
comienzo. Adaptación del primer acto de El
Desierto, obra póstuma de Roberto Arlt.
Te abutacás y un
mundo nuevo comienza a atacar. Casi una veintena de personajes, que no saben
dónde ni cómo llegaron ahí comienzan a revelar sus miserias, amores y
necesidades. Son como vos, como yo. Son nuestro espejo. Excepto el perro “que
habla”, una suerte de Diógenes que dice verdades. Todos los demás dudan, sudan,
son impactados permanentemente por la realidad que les toca vivir, gracias al
tirano César (Daniel Fanego). Un buen servidor (Roberto Carnaghi) junto al
séquito nos recomiendan los pasos a seguir para que “la fábrica” continúe
produciendo ¿Fábrica de qué? De fantasías, de penas, de miserias. De reproducir
el hambre y la farsa donde vivimos diariamente. Los lugares comunes se vuelven
“no comunes” para ponerte la duda cuasi metafísica: cuál es el propósito de
esta farsa. Continuar la producción, de qué, para qué, para quiénes. Buen
comienzo. Pensás. Impresiona la puesta. Pero ¿a dónde va este mundo absurdo?
¿Va hacia ninguna
parte? Siempre tiene un sentido este clima que se produce y los personajes, cualesquiera
sean, producen un cachetazo a tu realidad, ahí, sentado frente al escenario.
Crac, al fin, los personajes comienzan a acompañar tus preguntas y a llevarte
dentro de ese mundo de ficción, una tan buena que parece tu realidad. Ni un
supuesto mesías de “verdades reveladas” puede contener la marea. La búsqueda de
salida. La búsqueda de liberarse de esa opresión ¡Que reaccionen, por favor!
Que no se repita tanta injusticia. Pero no pasa. No pasa. No llega. El César y
su séquito estarán a punto… pero no, a punto de nada. Siempre hay un reemplazo
para el opresor. Siempre está el miedo a salirse de la realidad. Una realidad
tan absurda como la tragedia que acompaña el final. Llegar a un final trágico
para que todo comience.
Salí confundido,
cacheteado del San Martín, sala Martín Coronado. Comencé a ver al público con
extrañeza. Con lamentable extrañeza, queriendo saber si buscarán una salida,
una rebelión de esos personajes tan reales como yo ¿Como yo? Dejé atrás el
tumulto y agarré Corrientes, y la lluvia me hizo saber que no soy un personaje,
sino un humano real. ¿Real?
Sentí un cierto
deseo de agradecerle a Pompeyo Audivert por ese absurdo, por esa confusión en
una puesta impactante.
Basada en El
desierto entra en la ciudad de Roberto Arlt
Versión Pompeyo
Audivert
Elenco
Daniel
Fanego, Roberto Carnaghi, Juan Palomino, Ivana Zacharski, Carlos Kaspar,
Santiago Ríos, Mosquito Sancineto, Andrés Mangone, Pablo De Nito, Abel Ledesma,
Fernando Khabie, Hilario Quinteros, Susana Herrero Markov, Eric Calzado, Carla
Laneri, Hernán Crismanich, Mauro Pelle, Gabriel Páez, Melina Benítez, Dulce
Ramírez, Milagros Fabrizio
Dirección: Pompeyo
Audivert