Por
Alejandro Guerrero
“Aquí
Radio Rebelde, la voz de la Sierra Maestra, trasmitiendo para toda
Cuba desde la banda de 20 metros diariamente, a las 5 de la tarde y a
las 9 de la noche, desde nuestro campamento rebelde en las lomas del
Oriente, territorio libre de Cuba”.
Todos
los días se escuchaba ese mensaje desde el 24 de febrero de 1958.
Ese día el comandante Ernesto Che Guevara puso a funcionar Radio
Rebelde en su puesto de Pata de la Mesa, en la Sierra Maestra, la
cadena montañosa que se alarga en la región suroriental de Cuba.
Ya en
1957, a menos de un año del desembarco del Granma, Guevara había
pedido equipos para instalar una radioemisora, y apuraba con ese
propósito a todos sus compañeros que bajaban al llano desde las
montañas en las que operaba la guerrilla del Movimiento 26 de Julio
(M26) y el Ejército Rebelde comandado por Fidel Castro. El Che
estaba convencido de que el grupo combatiente necesitaba un canal
directo de comunicación con el pueblo cubano. En ese punto y en
aquel momento, la radio era el medio ideal, mejor que el papel
escrito, por su capacidad de llegada inmediata y masiva aun a los
analfabetos. Era el medio de masas más eficaz para lo que él se
proponía.
Así
fue que Ciro del Río, militante del M26, puso en contacto al Che con
Eduardo Fernández, un técnico de radio que también militaba en el
Movimiento. Guevara y Fernández se entrevistaron clandestinamente en
Bayamo, capital del municipio homónimo, el 4 o el 5 de enero de
1958.
Con los
encargos del Che, Fernández se reunió en Santiago de Cuba con René
Ramos Latour, y ambos decidieron que lo mejor, por razones de
seguridad y de tiempo, era comprar un equipo nuevo en La Habana.
Fernández, que durante todo el periodo de la Sierra sería el jefe
técnico de la emisora, llegó a Pata de la Mesa con esos equipos el
16 de febrero de 1958 y de inmediato, con un grupo muy chico de
colaboradores, empezó a trabajar para instalarlo. Se trataba de un
trasmisor Collins modelo 32-V-2, de potencia media (120/130 watts),
más una planta eléctrica marca Onan, de un kilowatt de potencia,
que se usó para alimentar el trasmisor, un tocadiscos y una lámpara.
La
primera trasmisión se hizo el 24 de febrero desde la casa de un
campesino llamado Conrado, en cuyo honor aquel sitio se llama ahora
Alto de Conrado, aunque la casa estaba un poco más abajo. Conrado
era militante del Partido Socialista Popular y colaborador permanente
del Ejército Rebelde. Su casa se encontraba en un montículo que
sobresalía de la sierra: un punto ideal para trasmitir. A todo esto,
el Che había designado director de la radio al capitán Luis Orlando
Rodríguez, y eran sus locutores Orestes Varela y Ricardo Martínez.
La
fecha de aquella primera emisión y el Himno Invasor, el primer
sonido que salió al aire, constituían todo un programa político.
El 24 de febrero de 1895 se había producido el Grito de Baire, o
Grito de Oriente, que dio comienzo a la guerra por la independencia
de Cuba. El Himno Invasor había sido creado el 15 de noviembre de
aquel 1895 en la finca La Matilde, municipio de Najasa, Camagüey,
por el entonces comandante Enrique Loymaz del Castillo, en homenaje a
los caídos en la lucha independentista. El M26 se consideraba
continuador de aquella lucha por la independencia y por un régimen
político de libertades públicas, que se concentraba en dos
consignas: la convocatoria a elecciones libres y la plena vigencia de
la Constitución (demo-burguesa) de 1940. No había entonces
referencias al socialismo ni las habría hasta 1961, después del
rechazo a la invasión de gusanos financiados por los norteamericanos
en Playa Girón.
La
trasmisión inaugural incluyó también un parte de guerra por la
batalla de Pino del Agua, librada el 16 de febrero. Pino del Agua era
un pueblo pequeño extendido alrededor de un aserradero en el firme
de la sierra, ocupado por una fuerte guarnición militar del ejército
de Batista a la que los rebeldes querían sitiar. Como no se puede
poner sitio a una fuerza bien armada con una fuerza inferior, el M26
acudió a la táctica guerrillera por excelencia: el “cerco
elástico”. Así, las columnas rebeldes golpearon de manera
combinada en Pino del Agua y atacaron las postas de guardia,
hostigaron a la fuerza acantonada y aniquilaron a una guarnición que
llegaba a reforzar a los sitiados. Los atacantes sufrieron ocho
muertos pero le produjeron a los otros 26 bajas mortales, incautaron
armas y tomaron prisioneros. Fue una victoria que le permitió a la
guerrilla abandonar su periodo “nómada”, asentarse en bases
sólidas (combate de posiciones), crear otros frentes y extenderse
territorialmente. Fue la última vez que en una operación militar
intervinieron personalmente todos los comandantes del Ejército
Rebelde: Fidel y Raúl Castro, el Che, Camilo Cienfuegos (fue herido
en el abdomen y en un muslo), Juan Almeida, Ramiro Valdés, Guillermo
García y Efigenio Ameijeiras. Radio Rebelde, en su primera emisión,
dio un parte detallado de aquella batalla.
Además
del parte de guerra, habló el cirujano Julio Martínez Páez, jefe
del cuerpo médico del Ejército Rebelde, sobre “la sanidad en la
Sierra Maestra”. La guerrilla quería trasmitir la idea de que
aquellas montañas, “territorio libre de Cuba”, estaban
gobernadas por un equipo eficiente.
El 15
de abril es una fecha clave en la historia de Radio Rebelde y de
aquella lucha guerrillera. Ese día Fidel Castro llegó a Pata de la
Loma y habló por primera vez por aquella emisora.
Fue un
discurso dramático.
El 9 de
abril, seis días antes, el 26 de Julio había convocado a la huelga
general que, acompañada por acciones guerrilleras en todo el país,
debía derivar en la insurrección que derrocara a la dictadura. Como
admitieron luego Castro y los demás comandantes, aquella
convocatoria fue producto de un grave error de evaluación de la
situación del momento. En definitiva, la medida terminó en un
fracaso completo. Los jefes guerrilleros no perdieron la calma; por
el contrario, lograron reagrupar fuerzas y, aquel 15 de abril, Fidel
orientó su discurso a sostener el ánimo de la población y de los
propios efectivos guerrilleros ante el revés que habían sufrido,
pero, sobre todo, advirtió que ahora la dictadura lanzaría una
ofensiva fortísima contra la Sierra Maestra y señaló la necesidad
de prepararse para rechazarla. Desde ese momento, Radio Rebelde fue
una pieza estratégica de agitación y propaganda hacia la población,
y de comunicación y enlace entre los diversos frentes guerrilleros.
Para la dictadura, esa emisora se transformó en el punto a abatir,
por su papel político e incluso por su valor simbólico. El
silenciamiento de la radio indicaría la derrota definitiva de la
guerrilla, o por lo menos así podría presentarlo Batista.
Por
tanto, para la guerrilla resultaba estratégico sostener esa emisora
en el aire.
Comenzaron
en aquellos días bombardeos de una intensidad nunca vista hasta
entonces en América central. La aviación del gobierno demolía las
sierras mientras preparaba sus fuerzas para el ataque por tierra.
Entre el 16 y el 17 de abril, es decir apenas terminó el discurso de
Fidel, la planta trasmisora se trasladó a la región de La Plata,
alejada de la zona donde operaba el grueso de las fuerzas
guerrilleras. Desde ese momento, Radio Rebelde fue, aún más, el
medio directo de comunicación del M26 con las masas de las ciudades
y el campo. El 1° de mayo se hizo la primera trasmisión desde el
nuevo punto, y de continuo la radio trasmitía informes de
inteligencia recibidos por la guerrilla sobre movimientos de tropas
enemigas para la ofensiva que preparaba Batista: la radio se
transformó en la herramienta clave del comando operacional
guerrillero. Los bombardeos que se proponían destruir la emisora
nunca pudieron tocar su planta trasmisora.
En este
punto, revelaron su vigencia viejos conceptos del mariscal alemán
Karl von Klausewitz sobre la dialéctica ofensiva/defensiva en la
guerra y en la política. La defensiva, dice el estratega prusiano,
es más importante que la ofensiva si está compuesta por un escudo
de golpes bien dirigidos; después, la contraofensiva se dirigirá
contra un enemigo derruido y desmoralizado. En la guerra y en la
política, en efecto, la capacidad defensiva de una fuerza indica su
grado de consistencia histórica. Aquella ofensiva de Batista fracasó
y desde ese momento la dictadura podía considerarse perdida,
simplemente porque sus enemigos habían logrado defender sus
posiciones.
A
partir de ese momento, Radio Rebelde se transformó en una red
nacional e internacional, con 18 plantas trasmisoras que operaban en
sintonía. Además, sus emisiones eran difundidas en todo el
continente por emisoras comerciales (en la Argentina lo hacía Radio
El Mundo, que a su vez retrasmitía a diversos países por su cadena
continental), lo cual indica las expectativas que sectores de la
burguesía latinoamericana, e incluso del imperialismo
norteamericano, tenían en la posibilidad de que la guerrilla operara
un recambio burgués en Cuba ante la creciente inviabilidad del
régimen de Batista.
El 20
de noviembre de 1958, comenzada la contraofensiva guerrillera, Radio
Rebelde dejó la sierra y se trasladó al llano, a la zona de La
Miel-El Podrio, y luego a Minas de Charco Redondo. El 4 de diciembre
salió al aire Columna 8 “Ciro Redondo”, al mando directo del Che
que operaba desde Las Villas para preparar lo que sería la decisiva
batalla de Santa Clara, a fines de diciembre. En ese momento, la
emisora tenía 32 plantas trasmisoras en distintos horarios y
frecuencias, que emitían en 7400 y 7380 kilociclos. Ya era el medio
de masas más importante de Cuba.
El 29
de diciembre a la noche, cuando ya se disponían las cosas para tomar
La Habana, Radio Rebelde se trasladó a Palma Soriano, un municipio
de Santiago de Cuba, y se instaló en una casa de la calle Aguilera
201, esquina Quintín Banderas. Desde allí, en la madrugada del 1°
de enero de 1959, el día de la victoria, el comandante Castro dio
las últimas instrucciones operacionales a los comandantes y a la
población.
Vale
recordar, entendemos, esta historia de Radio Rebelde porque resulta
especialmente útil en el debate que hoy se desenvuelve sobre los
medios de comunicación. El poderío que tienen los grandes medios,
los “medios concentrados”, es relativo. Los medios no pueden
crear tendencias en la sociedad, sólo les resulta posible
desarrollar tendencias que ya están presentes. Radio Rebelde, con un
equipo precario, contribuyó decisivamente a desenvolver las
tendencias revolucionarias en la sociedad cubana y la descomposición
del régimen de Fulgencio Batista. Esas tendencias revolucionarias en
las masas y esa descomposición del régimen hicieron posible que una
pequeña emisora clandestina venciera a los grandes medios de
comunicación, como permitieron que un equipo combatiente de un
millar de guerrilleros venciera a un poderoso ejército de 40 mil
efectivos bien armados y entrenados, que al final se disgregaron casi
sin pelea: una enorme victoria política antes que militar.
Radio
Rebelde es una lección viva y vigente, tanto como la época abierta
en Latinoamérica por la Revolución Cubana.