miércoles, 30 de noviembre de 2016

Radio Rebelde: la Revolución Cubana y la comunicación de masas


























Por Alejandro Guerrero


“Aquí Radio Rebelde, la voz de la Sierra Maestra, trasmitiendo para toda Cuba desde la banda de 20 metros diariamente, a las 5 de la tarde y a las 9 de la noche, desde nuestro campamento rebelde en las lomas del Oriente, territorio libre de Cuba”.
Todos los días se escuchaba ese mensaje desde el 24 de febrero de 1958. Ese día el comandante Ernesto Che Guevara puso a funcionar Radio Rebelde en su puesto de Pata de la Mesa, en la Sierra Maestra, la cadena montañosa que se alarga en la región suroriental de Cuba.
Ya en 1957, a menos de un año del desembarco del Granma, Guevara había pedido equipos para instalar una radioemisora, y apuraba con ese propósito a todos sus compañeros que bajaban al llano desde las montañas en las que operaba la guerrilla del Movimiento 26 de Julio (M26) y el Ejército Rebelde comandado por Fidel Castro. El Che estaba convencido de que el grupo combatiente necesitaba un canal directo de comunicación con el pueblo cubano. En ese punto y en aquel momento, la radio era el medio ideal, mejor que el papel escrito, por su capacidad de llegada inmediata y masiva aun a los analfabetos. Era el medio de masas más eficaz para lo que él se proponía.
Así fue que Ciro del Río, militante del M26, puso en contacto al Che con Eduardo Fernández, un técnico de radio que también militaba en el Movimiento. Guevara y Fernández se entrevistaron clandestinamente en Bayamo, capital del municipio homónimo, el 4 o el 5 de enero de 1958.
Con los encargos del Che, Fernández se reunió en Santiago de Cuba con René Ramos Latour, y ambos decidieron que lo mejor, por razones de seguridad y de tiempo, era comprar un equipo nuevo en La Habana. Fernández, que durante todo el periodo de la Sierra sería el jefe técnico de la emisora, llegó a Pata de la Mesa con esos equipos el 16 de febrero de 1958 y de inmediato, con un grupo muy chico de colaboradores, empezó a trabajar para instalarlo. Se trataba de un trasmisor Collins modelo 32-V-2, de potencia media (120/130 watts), más una planta eléctrica marca Onan, de un kilowatt de potencia, que se usó para alimentar el trasmisor, un tocadiscos y una lámpara.
La primera trasmisión se hizo el 24 de febrero desde la casa de un campesino llamado Conrado, en cuyo honor aquel sitio se llama ahora Alto de Conrado, aunque la casa estaba un poco más abajo. Conrado era militante del Partido Socialista Popular y colaborador permanente del Ejército Rebelde. Su casa se encontraba en un montículo que sobresalía de la sierra: un punto ideal para trasmitir. A todo esto, el Che había designado director de la radio al capitán Luis Orlando Rodríguez, y eran sus locutores Orestes Varela y Ricardo Martínez.
La fecha de aquella primera emisión y el Himno Invasor, el primer sonido que salió al aire, constituían todo un programa político. El 24 de febrero de 1895 se había producido el Grito de Baire, o Grito de Oriente, que dio comienzo a la guerra por la independencia de Cuba. El Himno Invasor había sido creado el 15 de noviembre de aquel 1895 en la finca La Matilde, municipio de Najasa, Camagüey, por el entonces comandante Enrique Loymaz del Castillo, en homenaje a los caídos en la lucha independentista. El M26 se consideraba continuador de aquella lucha por la independencia y por un régimen político de libertades públicas, que se concentraba en dos consignas: la convocatoria a elecciones libres y la plena vigencia de la Constitución (demo-burguesa) de 1940. No había entonces referencias al socialismo ni las habría hasta 1961, después del rechazo a la invasión de gusanos financiados por los norteamericanos en Playa Girón.
La trasmisión inaugural incluyó también un parte de guerra por la batalla de Pino del Agua, librada el 16 de febrero. Pino del Agua era un pueblo pequeño extendido alrededor de un aserradero en el firme de la sierra, ocupado por una fuerte guarnición militar del ejército de Batista a la que los rebeldes querían sitiar. Como no se puede poner sitio a una fuerza bien armada con una fuerza inferior, el M26 acudió a la táctica guerrillera por excelencia: el “cerco elástico”. Así, las columnas rebeldes golpearon de manera combinada en Pino del Agua y atacaron las postas de guardia, hostigaron a la fuerza acantonada y aniquilaron a una guarnición que llegaba a reforzar a los sitiados. Los atacantes sufrieron ocho muertos pero le produjeron a los otros 26 bajas mortales, incautaron armas y tomaron prisioneros. Fue una victoria que le permitió a la guerrilla abandonar su periodo “nómada”, asentarse en bases sólidas (combate de posiciones), crear otros frentes y extenderse territorialmente. Fue la última vez que en una operación militar intervinieron personalmente todos los comandantes del Ejército Rebelde: Fidel y Raúl Castro, el Che, Camilo Cienfuegos (fue herido en el abdomen y en un muslo), Juan Almeida, Ramiro Valdés, Guillermo García y Efigenio Ameijeiras. Radio Rebelde, en su primera emisión, dio un parte detallado de aquella batalla.
Además del parte de guerra, habló el cirujano Julio Martínez Páez, jefe del cuerpo médico del Ejército Rebelde, sobre “la sanidad en la Sierra Maestra”. La guerrilla quería trasmitir la idea de que aquellas montañas, “territorio libre de Cuba”, estaban gobernadas por un equipo eficiente.
El 15 de abril es una fecha clave en la historia de Radio Rebelde y de aquella lucha guerrillera. Ese día Fidel Castro llegó a Pata de la Loma y habló por primera vez por aquella emisora.
Fue un discurso dramático.
El 9 de abril, seis días antes, el 26 de Julio había convocado a la huelga general que, acompañada por acciones guerrilleras en todo el país, debía derivar en la insurrección que derrocara a la dictadura. Como admitieron luego Castro y los demás comandantes, aquella convocatoria fue producto de un grave error de evaluación de la situación del momento. En definitiva, la medida terminó en un fracaso completo. Los jefes guerrilleros no perdieron la calma; por el contrario, lograron reagrupar fuerzas y, aquel 15 de abril, Fidel orientó su discurso a sostener el ánimo de la población y de los propios efectivos guerrilleros ante el revés que habían sufrido, pero, sobre todo, advirtió que ahora la dictadura lanzaría una ofensiva fortísima contra la Sierra Maestra y señaló la necesidad de prepararse para rechazarla. Desde ese momento, Radio Rebelde fue una pieza estratégica de agitación y propaganda hacia la población, y de comunicación y enlace entre los diversos frentes guerrilleros. Para la dictadura, esa emisora se transformó en el punto a abatir, por su papel político e incluso por su valor simbólico. El silenciamiento de la radio indicaría la derrota definitiva de la guerrilla, o por lo menos así podría presentarlo Batista.
Por tanto, para la guerrilla resultaba estratégico sostener esa emisora en el aire.
Comenzaron en aquellos días bombardeos de una intensidad nunca vista hasta entonces en América central. La aviación del gobierno demolía las sierras mientras preparaba sus fuerzas para el ataque por tierra. Entre el 16 y el 17 de abril, es decir apenas terminó el discurso de Fidel, la planta trasmisora se trasladó a la región de La Plata, alejada de la zona donde operaba el grueso de las fuerzas guerrilleras. Desde ese momento, Radio Rebelde fue, aún más, el medio directo de comunicación del M26 con las masas de las ciudades y el campo. El 1° de mayo se hizo la primera trasmisión desde el nuevo punto, y de continuo la radio trasmitía informes de inteligencia recibidos por la guerrilla sobre movimientos de tropas enemigas para la ofensiva que preparaba Batista: la radio se transformó en la herramienta clave del comando operacional guerrillero. Los bombardeos que se proponían destruir la emisora nunca pudieron tocar su planta trasmisora.
En este punto, revelaron su vigencia viejos conceptos del mariscal alemán Karl von Klausewitz sobre la dialéctica ofensiva/defensiva en la guerra y en la política. La defensiva, dice el estratega prusiano, es más importante que la ofensiva si está compuesta por un escudo de golpes bien dirigidos; después, la contraofensiva se dirigirá contra un enemigo derruido y desmoralizado. En la guerra y en la política, en efecto, la capacidad defensiva de una fuerza indica su grado de consistencia histórica. Aquella ofensiva de Batista fracasó y desde ese momento la dictadura podía considerarse perdida, simplemente porque sus enemigos habían logrado defender sus posiciones.
A partir de ese momento, Radio Rebelde se transformó en una red nacional e internacional, con 18 plantas trasmisoras que operaban en sintonía. Además, sus emisiones eran difundidas en todo el continente por emisoras comerciales (en la Argentina lo hacía Radio El Mundo, que a su vez retrasmitía a diversos países por su cadena continental), lo cual indica las expectativas que sectores de la burguesía latinoamericana, e incluso del imperialismo norteamericano, tenían en la posibilidad de que la guerrilla operara un recambio burgués en Cuba ante la creciente inviabilidad del régimen de Batista.
El 20 de noviembre de 1958, comenzada la contraofensiva guerrillera, Radio Rebelde dejó la sierra y se trasladó al llano, a la zona de La Miel-El Podrio, y luego a Minas de Charco Redondo. El 4 de diciembre salió al aire Columna 8 “Ciro Redondo”, al mando directo del Che que operaba desde Las Villas para preparar lo que sería la decisiva batalla de Santa Clara, a fines de diciembre. En ese momento, la emisora tenía 32 plantas trasmisoras en distintos horarios y frecuencias, que emitían en 7400 y 7380 kilociclos. Ya era el medio de masas más importante de Cuba.
El 29 de diciembre a la noche, cuando ya se disponían las cosas para tomar La Habana, Radio Rebelde se trasladó a Palma Soriano, un municipio de Santiago de Cuba, y se instaló en una casa de la calle Aguilera 201, esquina Quintín Banderas. Desde allí, en la madrugada del 1° de enero de 1959, el día de la victoria, el comandante Castro dio las últimas instrucciones operacionales a los comandantes y a la población.
Vale recordar, entendemos, esta historia de Radio Rebelde porque resulta especialmente útil en el debate que hoy se desenvuelve sobre los medios de comunicación. El poderío que tienen los grandes medios, los “medios concentrados”, es relativo. Los medios no pueden crear tendencias en la sociedad, sólo les resulta posible desarrollar tendencias que ya están presentes. Radio Rebelde, con un equipo precario, contribuyó decisivamente a desenvolver las tendencias revolucionarias en la sociedad cubana y la descomposición del régimen de Fulgencio Batista. Esas tendencias revolucionarias en las masas y esa descomposición del régimen hicieron posible que una pequeña emisora clandestina venciera a los grandes medios de comunicación, como permitieron que un equipo combatiente de un millar de guerrilleros venciera a un poderoso ejército de 40 mil efectivos bien armados y entrenados, que al final se disgregaron casi sin pelea: una enorme victoria política antes que militar.

Radio Rebelde es una lección viva y vigente, tanto como la época abierta en Latinoamérica por la Revolución Cubana.




viernes, 25 de noviembre de 2016

Poema de amor para los guerreros

Poema de amor para los guerreros






Por Fudi Cosmigonon



La avenida que cruza Buenos Aires de punta a punta, es el escenario. Ahí están ellos una vez más, sentados en el escalón de la vereda con un mate que pasa de mano en mano; algunos en la plaza de enfrente discutiendo, debatiendo otros esperando a los que vendrán, esos que llegan tarde, que quizás se encuentren aún cargando sus mochilas de ilusiones. También se sabe de aquellos que se incorporarán más adelante en la caminata; y de algunos otros que lo harán más adelante en el tiempo. Pero ahí están los que son, los que pueden y como pueden; con el corazón latiendo al compás de los bombos que empezaron a sonar. Conocidos y desconocidos se miran, se reconocen, se entienden y se juntan en medio de la avenida; de repente parecen miles, millones, caminando y cantando. Algunos sonríen, otros lloran, todos sienten. La banderas se alzan, rezan nombres, frases, fotos. Están los tímidos que se quedan atrás... Son los que logran el equilibrio perfecto con los de adelante; los que llevan la bandera roja con letras inmensas, los que gritan, los que tienen los pies cansados y viejos, pero la cabeza cada día más lúcida y más joven. Caminan un par de cuadras, cada uno va encontrando su lugar, acoplándose al ritmo, entendiendo la forma. Buenos Aires parece silenciosa, sólo se escuchan entre ellos. La gente que camina por la vereda en dirección opuesta los mira, los inspecciona, intenta leer las banderas, sus mochilas, sus remeras, sus mentes... Los bombos se silencian y ya nadie aplaude, ahora la única música son sus pasos firmes y coordinados sobre el asfalto como la danza de un ejército rojo. Una mujer que camina con la mirada perdida, despega sus labios, toma el megáfono y con la garganta colmada de lágrimas, grita lo último que puede rompiendo para siempre el silencio: Justicia!

martes, 22 de noviembre de 2016

Teatro en el Felco

Comienza el Festival Latinoamericano de la Clase Obrera, un festival de otra clase…





El viernes, a partir de las 21, tendremos teatro en León León, Nicaragua 4432, Palermo.
Andrés Mangone (director, entre muchas otras obras, de “El farmer”, de gran éxito en el teatro San Martín, con Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna) presentará su “Sedimentos de herencia”, dirigida por él.
Antes estará la obra corta “Lucía precarizada”, de Belén Orozco, con las actuaciones de Belén y Alejandro Guerrero.
Al terminar “Sedimentos…”, Andrés Mangone dará una clínica de teatro, con preguntas y respuestas sobre técnicas teatrales.
Te esperamos.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Neoliberalismo: un término peligroso

El triunfo de Trump, expresión aberrante de la crisis capitalista. La responsabilidad de la izquierda.




Por Daniel Gaido[1]


Hace un tiempo un compañero, cuyo nombre lamentablemente no puedo recordar, posteó lo siguiente en Facebook:

NEOLIBERALISMO: UN TERMINO PELIGROSO
Si "sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria", es un deber analizar y entender los términos correctamente, ya que de otro modo nuestra praxis se ve distorsionada. Me refiero a un término, específicamente, que ha encontrado en la izquierda (pero no solo) un lugar casi primordial y es el término "neoliberalismo". El llamado neoliberalismo es una forma de salvataje al capitalismo. Se escucha frecuentemente que la crisis actual es una crisis del neoliberalismo. No se trata de no entender las diferentes formas en las que el Estado capitalista se manifiesta, sino de no perderse en superficialidades. Este neoliberalismo es el resultado de la crisis económica de la década del 70. El imperialismo intentó recomponer la tasa de ganancia del capital, primero, atacando a la clase obrera en su propio país (Reagan, por ejemplo, con los aeronáuticos o Thatcher con los mineros), luego sobre la clase obrera de los países atrasados (el Consenso de Washington en Latinoamérica) y por último avanzando sobre los ex Estados Obreros (Rusia y China, principalmente). Aun así, la tasa de ganancia sigue cayendo en picada. En este sentido, considero "consecuente" la acción de Patria Grande y su lameculismo al kirchnerismo. Su lucha es contra el "neoliberalismo", no contra el capitalismo. Ellos no son anticapitalistas ni socialistas. La lucha contra el neoliberalismo en tanto neoliberalismo es una lavada de cara de quienes la proclaman. Seguidores del nacionalismo burgués y constructores de listas junto con la burocracia sindical entreguista. La lucha es contra el capital y, por lo tanto, nos "conformamos" con el socialismo. Hay que entender las cosas por lo que son y no por lo que se dice que eso es.

El compañero no estaba presentando una tesis nueva, ya en 1995 Osvaldo Coggiola y Claudio Katz (en la época en la que éste aún pertenecía al Partido Obrero) publicaron en la editorial brasileña Xamã una colección de ensayos titulada Neoliberalismo ou crise do capital? Pero me impresionó la concisión de la argumentación, que sintetiza en un párrafo un análisis histórico cuyos principales eventos intentaremos repasar en este artículo.

La crisis de los acuerdos de Bretton Woods y el “neoliberalismo”

Entre el 1° y el 22 de julio de 1944 se realizó en Bretton Woods (Nueva Hampshire, Estados Unidos), una conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, recientemente creadas en el marco del acuerdo entre Stalin y el imperialismo norteamericano e inglés –una resurrección de la Liga de las Naciones de Woodrow Wilson,[1] a la que Lenin había llamado una “cueva de ladrones”. El objetivo de la conferencia de Bretton Woods era crear un marco para la reconstrucción del capitalismo en la posguerra, que evitara una recaída en las políticas proteccionistas y devaluatorias que habían practicado todos los países en la década posterior al estallido de la crisis mundial de 1929. Durante la conferencia, los Estados Unidos, que concentraban un 50% de la producción internacional en un país cuya población representaba un 5% de la población mundial, impusieron sus términos, en el marco no sólo de la derrota de los imperialismos de las potencias del Eje sino también de la devastación de la Unión Soviética (más de 20 millones de muertos) y de la destrucción de un cuarto de la economía del Reino Unido como resultado de la Segunda Guerra Mundial.
El sistema de Bretton Woods que surgió de la conferencia vio la creación de dos pilares del imperialismo norteamericano hasta el día de hoy: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. También instituyó un sistema de tipos de cambio fijos que duró hasta principios de los años 70. Este marco se completó con la firma, el 30 de octubre de 1947, del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (General Agreement on Tariffs and Trade, GATT), que se transformó en la Organización Mundial del Comercio (World Trade Organization, WTO) el 1° de enero de 1995. Poco antes del GATT, el 5 de junio de 1947, en el marco del estallido de la Guerra Fría (la “doctrina Truman” fue proclamada en un discurso pronunciado por el presidente Truman ante una sesión conjunta del Congreso el 12 de marzo de 1947)[2] el Secretario de Estado norteamericano George Marshall había pronunciado su discurso en  la Universidad de Harvard, en el cual anunció una iniciativa como resultado de la cual los Estados Unidos dieron más de 12.000 millones de dólares (aproximadamente 120.000 millones de dólares en valor actual) en apoyo económico para reconstruir el capitalismo en Europa Occidental. Estas medidas, y la devaluación masiva de capital y de fuerza de trabajo generada por la guerra, proveyeron el marco para una nueva alza de la tasa de ganancia y para los así llamados "30 gloriosos años" (1945-1975) de explotación capitalista, con altas tasas de acumulación del capital.
Este marco comenzó a ceder a finales de los años ’60, debido al agotamiento del ciclo de acumulación anterior y a los gastos crecientes que la carnicería en Vietnam le generó al imperialismo norteamericano, lo cual recibió una expresión oficial con el anuncio por parte del presidente Richard Nixon, en agosto de 1971, de la suspensión la convertibilidad del dólar en oro, debido al déficit ocasionado por la guerra. Esto puso fin al sistema de tipos de cambio fijo entre las diferentes monedas, anclado en el dólar, estipulado por los acuerdos de Bretton Woods, y dio lugar a una seguidilla de devaluaciones de los diferentes países para mantener su “competitividad”. Estas devaluaciones, a su vez, generaron una tendencia inflacionaria que se acentuó con la primera crisis del petróleo, debida al embargo decretado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en protesta por el apoyo del imperialismo norteamericano al colonialismo sionista en Palestina durante la Guerra de Yom Kippur, en octubre de 1973 (una segunda crisis del petróleo tuvo lugar en 1979 como consecuencia de la revolución iraní). Esto dio lugar, por un lado, al fenómeno conocido como stagflation (estancamiento económico con inflación, por contraposición a la tendencia de las crisis a generar deflación) y, por el otro, a la salida de los mal llamados “neoliberales” de la academia y de los think-tanks burgueses en los que habían vegetado hasta entonces (su biblia, el libro de Friedrich Hayek, El camino de la servidumbre, fue publicado en 1944, y su lobby internacional, la Sociedad Mont Pèlerin, data de 1947) y a su instalación en puestos de poder.
En Gran Bretaña, Keith Joseph, del Institute of Economic Affairs, siguiendo las teorías de la escuela de Chicago (liderada por el economista “anti-keynesiano” Milton Friedman, de la Sociedad Mont-Pèlerin) llamó a aplicar políticas de ajuste para combatir la inflación. Se trataba, entonces como ahora, de la crisis del capitalismo y de cómo la burguesía intenta hacer que la paguen los trabajadores, una realidad de la que no escapa ninguna de las fuerzas políticas burguesas. En Gran Bretaña, los “neoliberales” llegaron al poder el 4 de mayo de 1979 con Margaret Thatcher, pero las políticas de ajuste ya habían comenzado a ser aplicadas por el gobierno laborista de James Callaghan, quien en 1976 obtuvo un préstamo del FMI a cambio de la aplicación una política de recortes y de congelamiento salarial que dio lugar al así llamado Winter of Discontent de 1978-9: una serie de huelgas contra la versión inglesa del “pacto social” del tercer gobierno peronista,[3] aplicado con la connivencia de la burocracia sindical. De esta manera, el “mal menor” inglés preparó el terreno para el advenimiento del “mal mayor”, al igual que los kirchneristas prepararon el terreno para el advenimiento de Macri en Argentina, que el PT preparó el terreno para el advenimiento de Temer en Brasil, etc.
No nos detendremos a describir en detalle las políticas de recorte presupuestario, privatizaciones, desregulación financiera y legislación antisindical (acompañada de la consecuente represión) del gobierno de Thatcher. Sólo señalaremos que, como en la Argentina del cogobierno macrista-peronista, el aumento del desempleo fue utilizado como una herramienta para chantajear a los trabajadores, reducir sus salarios reales y atacar a sus organizaciones. Fue una rebelión popular, los disturbios ocasionados por el Poll Tax (el impuesto de capitación municipal) de marzo de 1990, la que hizo que Thatcher fuera forzada a renunciar por su propio partido el 28 de noviembre de 1990. La conclusión de este análisis es que el “neoliberalismo” no es un término que pertenezca al acervo marxista, sino al centroizquierda -Perry Anderson, por ejemplo- ya que la antinomia neoliberalismo versus Estado de bienestar se mueve completamente en el terreno capitalista.

La decadencia irrefrenable del capitalismo

Ni las políticas “neoliberales” de los gobiernos burgueses de los distintos países, ni el “éxito” de la burguesía en restaurar el capitalismo en los países de Europa del Este y de Asia con la connivencia de la burocracia estalinista (que hasta el día de hoy sigue gobernando, ahora para el capital, en China), fueron capaces de superar la decadencia irrefrenable del capitalismo: a pesar de las brutales agresiones contra los trabajadores (como resultado de la restauración capitalista, la población de Rusia disminuyó en 6 millones en 20 años, de 148.3 millones de personas en 1990 a 142.4 millones en 2010) no hubo ningún cambio significativo en la tasa media de crecimiento de los países capitalistas durante los años ‘80 y ’90. A pesar de las ilusiones generadas por la industrialización de China y el  consecuente aumento de los precios de las commodities en la década pasada, este interludio, que le permitió al kirchnerismo reconstruir el Estado burgués en Argentina luego de la rebelión popular del 2001 –ésa fue en realidad su verdadera misión histórica-, no sólo se profundizó la primarización de las exportaciones (y por ende la naturaleza semicolonial) de los países de Latinoamérica y África, sino que el auge temporal desembocó en la brutal crisis de sobreproducción y sobreacumulación que vivimos en la actualidad, cuya primera manifestación fue la crisis de las hipotecas subprime norteamericanas que estalló en diciembre del 2007.
No existe, por supuesto, ninguna crisis de sobreproducción en términos absolutos; por el contrario, la miseria de las masas y la insatisfacción de sus necesidades básicas no hacen sino aumentar en el marco del capitalismo decadente, como lo atestigua el crecimiento exponencial de las “villas miseria” en todos el mundo y el consecuente crecimiento de los barrios cerrados (countries, gated communities) para la burguesía y la clase media alta. Existe una sobreproducción en el marco del capitalismo, es decir, una desproporción entre la producción y la demanda solvente, con capacidad de compra, la cual se ve restringida porque a las empresas les conviene pagar salarios lo más bajos posibles para aumentar su tasa de ganancia y porque el aumento de la productividad del trabajo bajo el capitalismo no conduce a la reducción de la jornada laboral sino al crecimiento de lo que Marx llamó el ejército industrial de reserva –es decir, de la desocupación.
Todo esto ya fue señalado por Marx como características de las crisis tradicionales del capitalismo, que a diferencia de la crisis actual tenían un carácter periódico y una duración relativamente limitada, lo que permitía trazar una curva ascendente como promedio de la alternancia de periodos de auge y crisis. La crisis que vivimos actualmente suma a esas determinaciones su carácter sistémico, no cíclico, y es un producto de la decadencia del capitalismo que comenzó con las dos grandes masacres imperialistas conocidas como las guerras mundiales. Para comprender este proceso hay que volver al postulado básico del materialismo histórico: así como existió una sociedad antigua basada en la esclavitud, la cual fue reemplazada por una sociedad feudal basada en la servidumbre, la cual fue a su vez reemplazada por la sociedad capitalista basada en el trabajo asalariado, también la sociedad burguesa actual anida en su seno una tendencia a su abolición y reemplazo por una formación social superior basada en una organización diferente y más avanzada del proceso de producción. Pero esta tendencia no es lineal ni tiene una resolución  predeterminada, como lo expresó Rosa Luxemburg en su famosa consigna “socialismo o barbarie”.

El triunfo de Trump, expresión aberrante de la crisis capitalista
El ascenso de Donald Trump, al igual que el de Marine Le Pen en Francia o Beppe Grillo en Italia, es una expresión distorsionada de la crisis mundial. La reacción de los obreros de Estados Unidos y Europa contra el establishment político actual es una consecuencia del brutal deterioro en sus condiciones de vida, que no encuentra un canal de expresión por izquierda. Según el estudio “Rising morbidity and mortality in midlife among white non-Hispanic Americans in the 21st century” (“Aumento de la morbilidad y la mortalidad entre los estadounidenses blancos no hispanos de mediana edad en el siglo XXI”), escrito por Anne Case y Angus Deaton y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en noviembre de 2015, “este aumento para los blancos se explica en gran medida por el aumento de las tasas de mortalidad por intoxicación con drogas y alcohol, el suicidio y las enfermedades hepáticas crónicas y la cirrosis. Aunque todos los grupos de educación vieron aumentos en la mortalidad por suicidio y envenenamientos, y un aumento general en la mortalidad por causas externas, los que tenían menos educación vieron los aumentos más marcados”.
La enfermedad que se ha cobrado 500.000 vidas en 15 años entre la clase obrera norteamericana se llama pobreza. Sus mayores víctimas son personas que sólo tienen estudios secundarios, a los que se desprecia coloquialmente llamándolos basura blanca (white trash). Es una comunidad cuyos ingresos reales, ajustados al coste de la vida, entre 1999 y 2013 cayó un 19%. En un país en el que el sistema de pensiones público es mínimo, esta generación ha visto cómo sus ahorros desaparecían dos veces, en la crisis de las puntocom en 2000 y en la de las hipotecas basura, en 2008, cuando, además, muchos de ellos fueron desahuciados o perdieron su empleo. Las sobredosis de drogas y alcohol, y el suicidio, son una respuesta a la falta de perspectivas, la infelicidad general y la depresión.
A este cuadro devastador hay que sumar los efectos del traslado de las industrias norteamericanas a países con salarios mucho más bajos que los salarios percibidos por los obreros estadounidenses. Para tomar el caso emblemático de Detroit, en 2013 la ciudad tenía una población de 688.701 habitantes, una caída de más del 60 por ciento de una población máxima de más de 1,8 millones de habitantes en el censo de 1950. Con al menos 70.000 edificios abandonados, 31.000 casas vacías y 90.000 terrenos baldíos, Detroit se ha convertido en un ejemplo notorio de la destrucción urbana generada por la crisis del capitalismo y por el intento de la burguesía de superarlo proletarizando a las capas sociales más pobres del planeta.

La responsabilidad de la izquierda

Los marxistas no hacemos un fetiche de las condiciones objetivas ni somos “deterministas económicos”; por el contrario, enfatizamos el rol que la incapacidad de la izquierda norteamericana y europea para dar una expresión política socialista a la crisis jugó en el ascenso de Trump y sus compañeros de ruta europeos, y que le permitió a toda una serie de personajes mediocres y grotescos desempeñar el papel de héroes, como diría Marx. Esos votos de obreros enojados tendrían que ser nuestros; si no lo son, no es porque los obreros tengan una tendencia natural al racismo y la xenofobia –como se ha vuelto un lugar común señalar entre los comentaristas de clase media– sino porque las organizaciones de izquierda se negaron sistemáticamente a adoptar una perspectiva de independencia política para la clase trabajadora y de gobierno obrero hace ya muchas décadas.
En su obituario de Ernest Mandel, Al Richardson –un historiador trotskista inglés ya fallecido cuya lectura recomendamos calurosamente– señaló:

Mandel no se limitó a escribir sobre el marxismo en términos generales, sino que fue uno de los principales líderes de la Cuarta Internacional de la posguerra, y aquí su posición fue infeliz. Porque cuando él descendía de lo general a lo particular, de las ideas a la realidad concreta, su toque estaba lejos de ser seguro. A diferencia de la situación habitual en el movimiento obrero, donde los líderes generalmente están a la derecha de sus organizaciones, Mandel siempre se colocó a la izquierda de sus seguidores [una referencia al “Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional”], proporcionándoles las excusas que necesitaban para políticas cada vez más alejadas de las preocupaciones de la clase trabajadora. El estalinismo del Tercer Mundo, la guerrilla campesina, el pacifismo, el foquismo, la revolución estudiantil y las bases rojas en las universidades, la ecología, el feminismo, los derechos de los animales –de todo hicieron seguidismo. No eran, por supuesto, líderes de nada, sino «dedicados seguidores de la moda», y Mandel siempre estaba a su disposición para proporcionarles una racionalización que sonara a marxismo. (Revolutionary History, Vol. 6, No. 1, 1996)

El fascismo le disputó y le terminó ganando la clase obrera a la izquierda europea en los años 30, en el marco de los zigzags desmoralizantes del estalinismo, que había transformado a los partidos comunistas en herramientas al servicio de la política exterior de la burocracia soviética. Hoy en día la izquierda de los países imperialistas la vuelve a entregar, pero sin dar lucha, porque ella misma ha renunciado a ser dirección de clase. Hasta han llegado a decir que hoy no existe la clase obrera, reemplazándola en sus planteos por fracciones parciales ("negros", "jóvenes," "mujeres") a las que sin embargo les ofrece una salida democratizante. Esto se debió, corresponde enfatizarlo, no a que los trabajadores no crean que pueden tomar el poder, sino a que la propia izquierda en su derrotismo ha renunciado a esa misma perspectiva. Su objetivo final se ha convertido en la "democratización del capitalismo". 
En ausencia de una izquierda real, los levantamientos son capitalizados políticamente por fuerzas reaccionarias y las masas están condenadas a improvisar algún tipo de organización sobre la marcha. Por eso en los Estados Unidos se dio un principio de polarización política, no a través de canales independientes, sino en el seno de los partidos burgueses tradicionales, con el surgimiento de un ala derecha en el ya muy derechista Partido Republicano, liderada por Trump, y de un ala “izquierda” en el Partido Demócrata liderada por Bernie Sanders, un candidato del imperialismo (Sanders votó a favor de atacar Yugoslavia en 1999 y Afganistán en 2001) que hizo campaña en nombre del “socialismo”, levantando algunas reivindicaciones básicas de los sectores populares en los Estados Unidos, como la elevación del salario mínimo y la gratuidad de la educación universitaria. Luego de ganar en 22 Estados y de que el aparato del Partido Demócrata en el gobierno le birlara las primaries, Sanders (a quien las encuestas daban como ganador en una elección contra Trump) llamó a votar por Hillary Clinton, la candidata del inmovilismo, en lugar de postularse como candidato independiente. De esta manera, la elección del “mal menor” allanó el camino para el triunfo del “mal mayor” –lo cual muestra una vez más, esta vez por la negativa, que no existe absolutamente ninguna alternativa a la organización política independiente de la clase obrera en un partido propio.

La izquierda en Argentina

En Argentina, en las filas del trotskismo tuvimos el caso de J. Posadas, que hizo del seguidismo a la burocracia sindical peronista una verdadera profesión de fe (mandó una corona de flores al funeral de Augusto Vandor); y el de Nahuel Moreno, que pasó de un gorilismo cerril a practicar el entrismo en el peronismo y publicar su periódico (Palabra Obrera) “bajo la disciplina del general Perón”, para luego coquetear con el foquismo y teorizar que el campesinado se había convertido en el nuevo sujeto revolucionario, para terminar adaptándose a la democracia burguesa en el marco del MAS. Eso para confinarnos a las corrientes trotskistas; las maoístas, huelga decirlos, son infinitamente peores, como lo atestiguan los recientes peregrinajes del PCR al Vaticano.
Y sin embargo, la izquierda argentina, con todas sus limitaciones, es el partido bolchevique al lado de la izquierda anglosajona o europea, ante todo debido a la presencia del Partido Obrero como eje clarificador de posiciones. En el mismo sentido se enmarca el acto en Atlanta, para sacar el FIT del inmovilismo al que lo ha condenado los devaneos oportunistas del PTS con el kirchnerismo y dotarlo nuevamente de una perspectiva de frente único de clase, no sólo en el terreno electoral sino también en las luchas cotidianas de la clase obrera. La recuperación clasista del Sutna marca el camino para la izquierda argentina.



[1] La Sociedad de las Naciones (SDN) o Liga de las Naciones fue creada por el Tratado de Versalles, que reunió a los vencedores de la I Guerra Mundial, el 28 de junio de 1919. El Pacto de la SDN (los primeros 26 artículos del Tratado de Versalles) fueron redactados en la Conferencia de París, por iniciativa del entonces presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson (1913-1921). La primera asamblea de la Liga se reunió el 15 de noviembre de 1920 con 42 países. Su propósito de impulsar la “cooperación internacional” y el “arbitraje de los conflictos” se desintegró con la crisis de 1929-30 y mostró su completo fracaso con el estallido de la II Guerra Mundial en 1939 (nota del editor).
[2] La “doctrina Truman”, dictada por aquel discurso del presidente Harry Truman (1945-1953) es considerada la declaración formal de la Guerra Fría. Truman manifestó su respaldo a los “pueblos libres que resisten a los intentos de subyugación por minorías armadas o por presiones internas”, con lo cual se refería, por ejemplo, a la “resistencia” del gobierno griego contra las guerrillas durante la guerra civil en ese país (1946-1949). Gran Bretaña, debilitada en extremo después de la guerra, había anunciado su imposibilidad de seguir ayudando a la dictadura griega. Truman, con aquel discurso, indicaba que los Estados Unidos se ponían al frente, activamente, de una cruzada anticomunista internacional (nota del editor).
[3] En 1973, durante el breve gobierno de Héctor Cámpora, por iniciativa del ministro de Economía, José Gelbard, se firmó con la CGT el llamado “pacto social”, que intentaba congelar precios y salarios durante dos años. Durante ese periodo quedaría prohibido pedir aumentos salariales (nota del ed.)



[1] Daniel Gaido es historiador y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, autor o coautor, entre otros libros, de Theories of Business Cycles and Capitalist Collapse; The Second International and the Comintern Years; The Mass Strike Debate in German Social Democracy y The Formative Period of American Capitalism: A Materialist Interpretation.

domingo, 13 de noviembre de 2016

“El Teatro Colón está desguazado y precarizado”

Entrevista con José Piazza, trompetista de la Filarmónica de Buenos Aires




Por Alejandro Guerrero



Jubilado reciente (“ahora soy un jubilado clasista”, dice con una risotada), la trompeta exquisita de José Piazza ya no suena en la Filarmónica de Buenos Aires, con sede en el Teatro Colón. Pero un músico nunca se retira del todo y Piazza continúa en la tarea de componer y tocar. Clásica, claro está, aunque su vida profesional recorrió todos los géneros, desde revistas, bailantas de otros tiempos, tocar “en cabarés” desde los 18 años y haber acompañado a Sandro durante un lustro.
Pero, además, Piazza fue durante muchos años delegado de los trabajadores del Colón, miembro de la junta interna de ATE en el teatro, y libró allí una lucha frontal. Despedido, privado de sus fueros, demandado, reincorporado finalmente por la lucha de sus compañeros y por decisión judicial, Piazza habla aún “del teatro que defendimos”.
-¿De qué lo defendieron?
-De la tercerización, del trabajo precarizado, del desguace que empezó cuando Fernando de la Rúa era jefe de gobierno de la Ciudad y luego continuó y empeoró con todos los que le siguieron y, sobre todo, con Macri y los K. Hoy el Colón está desguazado, precarizado y hasta con la acústica afectada por el “master plan” que terminó de convertirlo en un negocio privado.
-¿Por qué Macri “y los K”?
-Porque los kirchneristas cogobernaron la Ciudad de Buenos Aires con el macrismo durante años. En lo que respecta al Colón, la ley de autarquía del teatro fue aprobada por los macristas, los K y todos los partidos supuestamente de oposición. Ahora se debe reconocer la enorme labor en defensa del teatro que hace la bancada del Frente de Izquierda, y sobre todo el legislador Marcelo Ramal, del Partido Obrero. Se trata de recuperar el Colón.
-¿Qué consecuencias tuvo esa ley de autarquía?
-Hizo del Colón lo que es hoy: un salón de fiestas lujoso para oligarcas. Ahí se hacen fiestas privadas, casamientos, y artísticamente se ha desnaturalizado. Tené en cuenta que en la Argentina sólo hay dos teatros dedicados a la música clásica: el Colón y el Argentino de La Plata, nada más. Ahora dicen que han introducido en el Colón la música “popular”, y eso no es cierto. Para nosotros, para quienes integrábamos la junta interna de ATE, un espectáculo es popular cuando el precio de la entrada lo es, cuando cualquier trabajador puede pagarla. Hoy hablan de “música popular” porque lo llevan a Charly García, pero resulta que para verlo a él te cobran lo mismo que cuando canta Plácido Domingo. Entonces no es popular ni el concierto de García ni el de Domingo, porque el precio de la entrada es disparatado.



-Hace unas semanas estuvo Al Pacino.
-¿Te das cuenta? Una desnaturalización completa. Pacino ni siquiera actuó, se sentó en una silla y contó cosas de su vida. Y a mí la vida de Pacino no me interesa para nada, no es interesante su vida ¿Acaso peleó en Nicaragua, es un luchador social? Cosas así son lo más parecido a una estafa, pero parece que resultan más rentables que la Filarmónica, por ejemplo.
-¿Cómo era el Colón en el que vos ingresaste?
-Yo entré en la Filarmónica por concurso, en 1986. Ese Teatro Colón era único, distinto de la mayoría de los teatros del mundo. Le decíamos “la fábrica” o “la factoría”, porque ahí se producía todo lo necesario para montar un espectáculo: había talleres de carpintería, sastrería, peluquería, zapatería… Todo el mundo ingresaba por concurso y llegaron a trabajar 1.250 personas. El teatro también producía sus propios artistas en sus academias y conservatorios. Era una institución formadora de grandes profesionales y formadora de público. Se trabajaba todos los días del año. Había un mínimo de veinte conciertos anuales de la Filarmónica, que luego se repetían afuera del teatro. También teníamos una veintena de funciones de ópera y lo mismo con el ballet. El teatro armaba los escenarios para cada puesta. En esa orquesta toqué bajo la dirección de grandes maestros, como el español Luis García Navarro y el ruso Yuri Simonov. Se traían directores extranjeros para determinados conciertos, y el resto se hacía con un director estable. En fin, ése era el teatro que defendimos.
-¿Qué pasó luego?
-En tiempos de De la Rúa, con Sergio Renán en la dirección del teatro, empezó el desguace. También la tercerización. Personal estable, de carrera, comenzó a ser reemplazado por el que traían empresas privadas amigas del gobierno, que le pagaban a sus empleados la mitad o menos de lo que cobraban los de planta y en condiciones de inestabilidad. Hoy en el teatro hay salarios de mayordomía, por ejemplo, que no pasan de 7.000 pesos. Cuando el PRO llegó al gobierno de la Ciudad, asociado con el kirchnerismo, todo eso se llevó a límites sorprendentes. Se ha llegado al extremo de ver ofrecidas en Mercado Libre piezas del patrimonio cultural del teatro: ropa, zapatos, partituras y hasta una batuta de Toscanini, o por lo menos así la vendían. Y ahora, las declaraciones de (el director del Colón, Darío) Lopérfido contribuyen a aumentar el desprestigio del teatro.
-Vos conociste bailantas de pueblo y grandes salas europeas…
-Ya lo creo. Con la Filarmónica tocamos en grandes salas de Europa, como la Concertgebouw de Holanda, la sala de la Filarmónica de Berlín o los auditorios de Madrid. También toqué como solista, incluso obras propias. Hicimos tres giras europeas entre 1992 y 1998, fuimos la primera orquesta latinoamericana que entró en el abono europeo. La Filarmónica de Buenos Aires era entonces la mejor de Latinoamérica. Ya no lo es… Pero sí, soy un músico multifunción, jeje, toqué todos los géneros. Toqué en bailantas de pueblo, como decís vos, y en cabarés porteños y en todos los teatros de revistas de Buenos Aires, en el Odeón, en el Luna Park. Eran tiempos en los que había mucho trabajo.
-¿Y con Sandro?
-Con Roberto toqué entre 1982 y 1986, cuando lo dejé porque yo estaba obsesionado con la clásica y en ese año gané el concurso para entrar en la Filarmónica. Con él hicimos giras por todo el país. Aunque luego se dedicó a la música melódica, él fue uno de los fundadores, si no el fundador, del rock argentino, con aquella versión local que hacía de Elvis Presley. Era un buen tipo, a diferencia de lo que ocurre con otros famosos nunca había problemas de dinero con él. De teoría musical no sabía ni lo elemental, pero tenía un enorme talento, una gran sensibilidad musical. Te hacía un tema en el momento, era muy creativo, muy hábil. Era un artista.
Y allá se va José Piazza. Lleva la trompeta enfundada, para la noche. Antes, dice, tiene una reunión de la agrupación Jubilados Clasistas.

martes, 8 de noviembre de 2016

Lenin: ¿Qué es el poder soviético?



Discurso de Lenin en marzo de 1919.
Con la publicación de este material, El río de Heráclito comienza una serie de notas sobre el año del centenario de la Revolución Rusa.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Fútbol: guerra de mafias



Por Alejandro Guerrero



Este sábado, River y Estudiantes de La Plata, puntero del torneo, debían jugar a las 20 horas en el estadio de Huracán, porque el Monumental estará ocupado con el recital de Guns N’ Roses. Sin embargo, el horario del partido, aun en contra de las necesidades comerciales de la televisión, se adelantó para las 16, un horario insólito para el partido más importante de la fecha. El cambio fue impuesto por la barra brava de River, Los Borrachos del Tablón, porque los mafiosos que la integran tienen que llegar a tiempo para realizar sus negocios en el recital, a saber: la venta de 3.000 entradas cedidas por los organizadores, por supuesto bajo extorsión, más la distribución de “trapitos” y otras yerbas en los alrededores. Los Borrachos tendrán también dos molinetes libres, manejados por ellos. Como se ve, el fútbol argentino está conducido por organizaciones delictivas en todos sus niveles.
El gobierno nacional, entretanto, por intermedio de una marioneta como Armando Pérez, ha transformado la “comisión regularizadora” que tiene intervenida la AFA en una fuerza de ocupación. Y lo hace por cuenta de esa suerte de “mini-Davos” futbolístico que se propone instaurar un régimen de sociedades anónimas en los clubes y entregarle el negocio de los derechos de televisión a grandes pulpos internacionales como, por ejemplo, el de Ted Turner (Imagen Satelital SA en la Argentina). A tal punto es así que, ante la rebelión de los clubes, el ítalo colombiano Primo Corvaro envió una nota para advertir que aquella comisión es la única autoridad reconocida del fútbol argentino.
Así, con el único respaldo del propio Pérez y de Daniel Angelici, avanza con chantajes y presiones sobre casi toda la dirigencia del fútbol argentino. Parece un objetivo de cumplimiento imposible; sin embargo, tiene su mejor carta en la corrupción y desintegración de esos dirigentes y en el estado de quiebra de la mayoría de los clubes. “Me pasé la vida apretando gente y ahora estos me aprietan a mí”: la sorna de Hugo Moyano, el burócrata que saltó de la CGT a la presidencia de Independiente con ambiciones de conducir la AFA, es bien gráfica. El fútbol ha quedado en el medio de una lucha entre mafiosos.
En esa pugna el gobierno atacó con la AFIP: denunció penalmente a dirigentes de nueve clubes y anunció que se suprimirá el régimen ordenado por el decreto 1212, de 2003, dictado por la presidencia de Eduardo Duhalde. Ese decreto dispone que los clubes paguen cargas sociales del 7 por ciento en vez del 31 que aportan las empresas. Al mismo tiempo se dejarán de girar los fondos de Fútbol para Todos, que desaparece el 1° de enero. La ofensiva de la Afip llegó apenas un par de días después de una reunión de dirigentes de clubes en un restaurante de Puerto Madero, donde discutieron cómo hacerle frente a la intervención en la AFA. El jueves 3 hubo otra, que discutió un posible lock-out a partir del fin de semana, cosa que finalmente no prosperó por la oposición de River y Boca.
La Afip logró unir lo que antes estaba disperso: quedó Angelici de un lado y el resto del otro, y el titular de Boca hace frente a una oposición creciente dentro de su propio club. Ahora, según La Nación (2/11) Angelici busca puentes para romper su aislamiento y habría logrado un principio de acuerdo con el titular de River, Rodolfo D’Onofrio. Entretanto, un viejo lobista y operador como Cherquis Bialo, ex secretario de prensa de la AFA en tiempos de Julio Grondona y echado por Pérez, cuenta en Infobae (31/10) que una reunión en San Juan entre dirigentes del Nacional B, la B Metropolitana y el Consejo Federal acordó exigir la salida de Pérez. Los allí reunidos desempolvaron la candidatura de Marcelo Tinelli a la presidencia de la Asociación. El conductor de ShowMatch, por su lado, se sacó fotos con Pablo Moyano, como para hacer saber de qué lado está ahora.
Por otra parte, como bien recuerda el diario Tiempo Argentino en su edición del domingo 30 de octubre, funcionarios del gobierno (Macri el primero cuando fue presidente de Boca) están incursos en los mismos delitos que denuncian, o peores.
Por ejemplo, el jefe de los espías, Gustavo Arribas, era titular en la Argentina del grupo empresarial inglés Stellar Group, dedicado a cometer estafas con pases de jugadores de fútbol. Por recordar sólo un caso, Jonathan Calleri, ex Boca, fue transferido en 2015, por 12 millones de dólares… a Deportivo Maldonado, de la segunda división uruguaya. Calleri viajó a Montevideo, firmó el contrato y se volvió a Buenos Aires. Jamás se puso la camiseta de Maldonado ni conoció la cancha. Ese club, una sociedad anónima (en Uruguay ya rige ese sistema: en materia de entreguismo el Frente Amplio es vanguardia), pertenece precisamente a Stellar Group. Calleri ahora juega a préstamo en el West Ham, de la Premier League inglesa. Con esas maniobras evaden impuestos y estafan incluso al club vendedor. Ése es Angelici, la espada de Macri en el fútbol.
Por su lado, D’Onofrio declara que las sociedades anónimas destruirán la infraestructura social y deportiva de los clubes. No la destruirán, sólo la volverán más inaccesible de lo que es ahora para la población trabajadora, que no puede pagar las altas cuotas cobradas por los grandes clubes para usar esa infraestructura. Con las sociedades anónimas quedarán vinculadas únicamente con el lucro empresarial. Los clubes chicos, librados a su suerte en el mercado, sucumbirán inevitablemente. Macri, conviene recordar, insiste con esas sociedades desde 1999, cuando era presidente de Boca y las propuso por primera vez.
D’Onofrio, Moyano, Matías Lammens y Tinelli o Víctor Blanco, no defenderán al fútbol y ni siquiera a sus clubes, porque sólo defienden sus propios intereses de empresarios y de camarillas. Los clubes están gobernados por agrupamientos mafiosos de barrabravas, burócratas sindicales y grandes capitalistas, como Macri y Angelici. La ofensiva gubernamental podrá ser detenida sólo por los únicos interesados en salvar al deporte: los socios y simpatizantes de los clubes, organizados contra la colonización del fútbol.

El 19 vamos a Atlanta con el Frente de Izquierda



La redacción de El río de Heráclito adhiere a la convocatoria del Partido Obrero y el Frente de Izquierda para el acto del 19 de noviembre en el estadio de Atlanta.
Contra el ajuste, por una salida política de los trabajadores. Por una alternativa obrera y socialista.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

“La Pantera”: muerte de un proxeneta



Por Alejandro Guerrero



Tuvo la popularidad que a veces alcanzan la chabacanería, el mal gusto, la grosería y la misoginia. Empezó a cantar en un cabaré de Córdoba a sus 16 años, una edad en la que se supone debía tener prohibida la entrada en esos antros. Intentó ser folclorista, tanguero, rockero, pero no sirvió y recaló en la cumbia, en ese ambiente marcado por el tráfico de drogas, de personas, por la superexplotación de los músicos y las muertes dudosas, regido por empresarios que quisieran ser esclavistas y todos los días intentan serlo. Un ámbito contradictorio, tanto como esa cumbia villera que pretende ser el grito rebelde del lumpen perseguido por la policía y, al mismo tiempo, dedicado a delitos protegidos por el Estado y las fuerzas policiales.
Ernesto Gauna, o “Pocho la Pantera”, fue un lumpen exitoso. Explotó mujeres en un prostíbulo, y dijo en una confesión repugnante, jactándose de ello, que a esas prostitutas “había que darles una paliza de vez en cuando para que laburen” (Página/12; 3/4/2009), y añadió, en lo que fue casi una delación, que entre “dones” (pares, colegas, cafiolos) se compraban y se vendían mujeres, y también que había peleas por las “plazas” ¿Qué eran las “plazas”? las zonas protegidas por la policía para que funcionara toda esa inmundicia.
Sí, fue exitoso Gauna “la Pantera”: nació para víctima y se convirtió en victimario, en un desecho más de esa cloaca que es el Estado proxeneta y traficante de personas.

martes, 1 de noviembre de 2016

OTROSKA: historias de soledades contemporáneas.

Estreno: 5 de noviembre en teatro El Grito




No racionalice, no racionalice. Disfrute de las formas de los cuerpos, encontrados en los contrastes de algo tan artificial, y real al mismo tiempo, como la creación teatral. Quítele un poco de luz acá, muévase hacia allá, mire así ¿Qué es OTROSKA? Nada…, un ritual, o una pintura, que te caga la vida, porque mientras el muerto está muerto, sale a la luz que su mujer y su amante… ¿el asesino? Quién sabe, te miran en el velatorio. O no, un negado travestido, que pide castigo por pecador sin conseguirlo y la autoflagelación es su último recurso. O la oscuridad de la ceguera, del muerto, o ¿del vivo? que es birlado por un crimen de no ver o no querer ver. O de estar atrapado ¿o encerrado contra su voluntad? ¿Acaso somos marionetas de un acomodador de la casa mortuoria?
OTROSKA es un ritual, una danza en escena que coloca al espectador frente a varios cuadros de humanos en crisis, de humanos oscuros, que buscan en el horizonte la luz.
OTROSKA es un juego, peligroso pero necesario para que un niño nazca ¿o sea abortado? O es la angustia de una madre que busca a su hijo con arrumacos de una bella canción rusa.
OTROSKA es la subjetividad del observador en un museo donde él mismo es el protagonista y ve una obra en movimiento, interpreta, encuentra, sacia necesidades, perversiones. Son varios cuadros en un solo cuadro.
No vaya a saberlo. OTROSKA lo engañará si intenta racionalizarla. OTROSKA es una gran obra, con actores que dejan todo, y eficazmente. Y la dramaturgia de Jorge Huertas y de Sergio Falcón, el director, que trabajó con textos de Chejov y con la pintura del irlandés Francis Bacon “en la búsqueda de tonalidades -dice- y formas que impulsen al espectador, no a encontrar ilustraciones sino cuadro casi reales de las formas del drama humano contemporáneo”.
OTROSKA engaña, hace creer que los rituales se pueden racionalizar. Pero no, finalmente enreda al espectador en una maraña de relaciones que parecen disímiles pero le hace cargar las culpas de los personajes como un entretejido que atrapa desde principio a fin. Para verla y disfrutarla. No racionalice.

Ricardo Lusso

Ficha técnica:
Sábados de noviembre a las 22 horas
Teatro El Grito, Costa Rica 5429, CABA
Dirección: Sergio Falcón
Actuaciones: Patricia Calzada Valle, Julián Pinto, Pablo Cortez, Julio Cortés, Ramiro Zurita, Gigi Coutade.
Escenografía: Lola Gullo
Asesoramiento corporal: Ivana Villalda
Fotografía: Valentina Escaldó
Diseño gráfico: Andrea Maldonado