lunes, 3 de diciembre de 2018

A 100 AÑOS DEL ASESINATO DE ROSA LUXUMBURGO (nota 1)



Contra un cadáver hediondo






por Alejandro Guerrero





“Desde el 4 de agosto de 1914 la socialdemocracia alemana es un cadáver hediondo”;[1] con esta máxima entrará el nombre de Rosa Luxemburgo en la historia del movimiento obrero mundial. Mientras tanto, en el patio trasero del movimiento obrero, en el estiércol, gallinas como Paul Levi,[2] Scheidemann,[3] Kautsky[4] y toda su cuadrilla seguirán cacareando sobre los errores de la gran comunista. A cada uno lo suyo”.

(Vladimir I. Lenin, sobre la muerte de Rosa Luxemburgo)


Desde muy temprano Rosa Luxemburgo conoció la represión, como que había nacido bajo la bota rusa en el Zarato de Polonia[5] el 5 de marzo de 1871.
Su padre fue un comerciante en maderas, Eliasz Luxemburg, y su madre Line Löweintein. Se trataba de una familia de polacos judíos, de modo que desde muy pronto Rosa conoció el horror de los pogromos. Además, un defecto de crecimiento y una dolencia en la cadera la dejaron con una renguera permanente. Los pogromos no abundaban tanto en Varsovia, de modo que allí marchó la familia en 1880 y Rosa ingresó en el liceo. Allí, a sus 15 años, se incorporó a “Proletaria”, un partido polaco de izquierda que había sido fundado en 1882. “Proletaria” fue trágicamente desbaratado poco después, durante una huelga general: cuatro de sus dirigentes fueron condenados a muerte y otros se reagruparon en la clandestinidad. Rosa se incorporó a uno de esos agrupamientos clandestinos.
En 1887 se recibió de bachiller con notas sobresalientes, pero debió huir a Suiza por una orden de captura contra ella. Comenzó a estudiar en la universidad de Viena, donde se vinculó con Anatoli Lunacharsky —primer Comisario de Instrucción Pública del gobierno bolchevique, fue un impulsor del “arte proletario” y el “realismo socialista”; en 1933 se lo designó embajador en España pero falleció antes de asumir el cargo— y a Leo Jogiches, un gran organizador.
Mientras tanto, Rosa estudiaba en Viena filosofía, historia, ciencias políticas, economía y matemática. Se especializó en teoría del Estado, Edad Media y crisis económicas y de intercambio.
En 1893 Rosa y Jogiches fundaron el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia (SKPD), más tarde Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania (SDKPIL). Rosa y Jogiches tuvieron una relación amorosa que perduró durante todas sus vidas, aunque nunca pudieron convivir. Jogiches fue, al igual que Rosa, miembro fundador de la Liga Espartaquista luego de la ruptura de la socialdemocracia alemana. Después del asesinato de su mujer, fue también él asesinado en marzo de 1919 mientras investigaba los crímenes contra Rosa y Liebknecht.
Ya llegaremos a los acontecimientos de 1919 que terminaron con esos asesinatos. Adelantemos ahora que el levantamiento de enero de ese año se hizo contra las posiciones de Luxemburgo, que de todos modos lo acompañó. Aquella insurrección frustrada fue vencida por el ejército pero sobre todo por los felkorps, una organización de paramilitares reclutados por la República de Weimar después de la desmovilización posterior a la guerra, con la complicidad abierta del Partido Socialdemócrata. Centenares de militantes y activistas fueron encarcelados, torturados y asesinados por aquel grupo de choque que empezaba a preparar la llegada de Adolf Hitler.
Sí, eran un cadáver hediondo.


[1] El 4 de agosto de 1914 comenzó la I Guerra Mundial, llamada entonces La Gran Guerra, que involucró a casi todos los países de Europa en medio de una ola de euforia, mezcla de patrioterismo y xenofobia, en todos ellos. Ese día, por pedido del emperador Guillermo II, de la casa Hohenzollern, el Reichstag (parlamento) alemán votó los créditos de guerra solicitados por el gobierno para la inmediata movilización de las tropas. Todos los partidos votaron en favor de esa demanda, incluidos los diputados del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), opuesto hasta entonces a la guerra por considerarla una matanza de trabajadores en defensa de los intereses imperialistas de cada nación. Karl Liebknetch, férreo opositor a la guerra, votó en favor de los créditos por “disciplina partidaria”, cosa que Rosa Luxemburgo le reprochó en términos durísimos. El PSD tenía entonces 1 millón de miembros. “El voto del 4 de agosto ha quedado registrado como una de las experiencias trágicas de mi vida”, diría Trotsky. Lenin añadió: “La II Internacional ha muerto, vencida por el oportunismo”.
[2] Paul Levi (1883-1930), dirigente del SPD y luego del Partido Comunista (KPD), su líder desde el asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknetch en enero de 1919. Expulsado del PC por hacer públicas sus tácticas, se integró al Partido Socialdemócrata Independiente (USPD). Finalmente volvió al SPD cuando este partido ya se había derechizado por completo.
[3] Philipp Scheidemann (1865-1939), primer canciller de la República de Weimar que determinó el principio del fin de la revolución alemana de 1918/1919. Diputado desde 1903, fue el líder de la mayoría belicista del partido junto con Friedrich Ebert. Cuando los socialdemócratas fueron incluidos en el gobierno durante la regencia del príncipe Maximiliano de Baden en noviembre de 1918, Scheidemann fue incluido como ministro sin cartera, en la práctica jefe de gobierno. Días después, el 9 de noviembre, el príncipe dimitió y el nuevo gobierno, conducido por Ebert, propuso instaurar una monarquía constitucional. Entonces Scheidemann proclamó unilateralmente la República desde un balcón del Reichstag, temeroso de que se produjera una insurrección de obreros y soldados en Berlín.
[4] Karl Kautsky (Praga, integrada entonces al poderoso imperio austro-húngaro, 1854; Ámsterdam, 1938). Destacado teórico marxista, volveremos a encontrarnos con él varias veces en el curso de estas notas.
[5] Zarato o reino de Polonia o Polonia rusa. Fue creado en 1815 por el Congreso de Viena, que constituyó la Santa Alianza inmediatamente después de la caída de Napoleón Bonaparte. El Zarato fue en buena parte sucesor del Gran Ducado de Varsovia, instaurado por Napoleón en 1908 para restablecer el Estado polaco, siempre partido y repartido. Aplastado militarmente el levantamiento polaco de 1830, el país fue integrado al imperio ruso hasta 1915, cuando quedó en manos de Alemania durante la Gran Guerra.

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