El grupo editor El Viejo Fantasma comienza la venta anticipada de dos obras clave de León Trotsky: Problemas de la vida cotidiana y El nuevo curso
Problemas de la vida cotidiana y El nuevo curso,
aunque no se desprenda tajantemente de sus títulos, señalan el comienzo de la
lucha frontal de León Trotsky contra un aparato burocrático –son textos
escritos en el año clave de 1923−al que él aún procura subordinar al partido,
no destruirlo, porque la destrucción de la burocracia, sostiene el aún
comisario de Guerra, deberá ser el producto necesario de un progreso económico
dificultado decisivamente por las sucesivas derrotas de la revolución en Europa
(ésa será, a la postre, la ventaja determinante de Stalin sobre Trotsky y sobre
toda la vieja guardia bolchevique, que en su mayor parte fue, en aquellos días,
aliada y defensora del aparato).
Problemas… es producto de una serie de reuniones de
Trotsky con obreros de Moscú, con quienes debate el que era, según él, el
problema de los problemas: el rendimiento del trabajo, la necesidad de
compensar mediante la producción propia –siquiera en mínima parte− el
aislamiento internacional de la Revolución Rusa, que tanto él como Lenin habían
considerado provisoria y ahora quedaba a la vista que se prolongaría por todo
un periodo histórico (añádase el agotamiento del proletariado ruso después de
cuatro años de guerra imperialista, tres de guerra civil y el posterior derrumbe
económico).
El “nuevo curso” había sido, en verdad, un acuerdo engañoso
del triunvirato o “troika” (Stalin, Kámenev y Zinóviev) con Trotsky. Según ese
convenio, se renovaría la vida interna del partido mediante una mayor
democracia y libertad de debates. Cuando, a fines de 1923, Trotsky publica un
folleto con ese título, por primera vez utiliza el concepto “degeneración
burocrática”, aunque aún la considera un peligro muy presente pero no un fenómeno
consolidado. Sólo al año siguiente la camarilla de Stalin haría de la necesidad
virtud y, ante el aislamiento, proclamaría la teoría –evidentemente
antimarxista− del “socialismo en un solo país”. Entonces sí, Trotsky
organizaría la Oposición de Izquierda. Se trata de textos de primera
importancia para comprender los acontecimientos más importantes de la historia
del siglo XX, de un periodo aún abierto y, es más, en pleno auge. De ahí que El
Viejo Fantasma los haya elegido para este segundo volumen de su colección
Revolución Permanente.
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